viernes, 19 de marzo de 2010

ALGUNOS HACEN DE LA RELIGIÓN UNA LANZA PARA AGREDIR

Mauricio PiñeraMarch 18, 2010 at 10:24am
Asunto: EL PREDICADOR TRÁGICO
Era un predicador que gustaba de cargar las tintas en los tormentos sin igual que esperaba tras la muerte a aquéllos que hubieran obrado incorrectamente.

- El que obre mal renacerá en dimensiones de gran sufrimiento, pesar y angustia. No hay palabras para explicar cuánto sufrimiento se experimenta en esas regiones siniestras. No hagáis actos demeritorios, proque los tendréis que purgar con pesadumbre infinita, sufriendo toda clase de inimaginables tormentos.

Así estaba predicando, dramatizando al máximo el sermón, cuando un devoto que estaba próximo al predicador comenzó a llorar desconsoladamente. Entonces el predicador, aprovechando la ocasión para lucirse, señalando al desdichado, exclamó:

-Mirad, mirad todos a este pobre desgraciado!!. Ved cómo llora inconteniblemente, temiendo el castigo que le espera si muere en pecado. Infernales rgiones le aprisionarán durante siglos y allí experimentará toda clase de tormentos.

El hombre seguía llorando de tal modo que las lágrimas le llegaban a los pies.

- Ved, ved todos a ese pecador desconsolado y pesaroso!!

Todos se pusieron alrededor del hombre, que no dejaba de hipar entre sollozos. Entonces el predicador se dirigió directamente al hombre y le dijo:

Estás ante un hombre superiro que puede escuchar tus faltas. Confiesa en voz alta tus pecados.

El predicador se sentía muy orgulloso, dueño de la situación, impresionando a todos los asistentes.

- Los dioses han querido que yo me cruzara en tu camino, buen hombre dijo el predicador- LLora, sí, no te de vergüenza. Cuánto más vergonzoso es pecar y no arrepentirse. ¿No es cierto, pecador desaprensivo, que llorars porque mis palabras han tocado tu alma y porque estás aterrado ante los tormentos que pueden esperarte tras la muerte?

Y el hombre, haciendo un esfuerzo por reprimir el escandaloso llanto, replicó:

- No, en absoluto. No lloro por eso. ¡Qué va! Me importan poco mis pecados, ni siquiera pensaba en eso. Lo que pensaba es en mi viejo macho cabrío. que el año pasado tuvo una enfermedad y murió. ¡Era tan leal y tan hermoso!

Todos los presentes se quedaron atónitos. El predicador comenzó a enrojecer y, lleno de ira, preguntó:

- ¿Y esto a qué viene?

Estaba enfurecido, después del pisto que se había dado con su dramatizada prédica.

- Qué culpa tengo yo de recordar a mi macho cabrío? La culpa en todo caso es tuya.
- Mía? - protestó el predicador encolarizado.
-Tuya - reafirmó el hombre enjuagándose las lágrimas. - Al ver tu barbitia no he podido dejar de pensar en la de mi querido y recordado macho cabrío.

Todos los devotos estallaron en incontenibles carcajadas y el predicador no volvió a aparecer por ese pueblo.

EL SABIO DECLARA:

ALGUNOS HACEN DE LA RELIGIÓN UNA LANZA PARA AGREDIR A LOS DEMÁS Y UN ESPECTÁCULO PARA RECREAR EL PROPIO EGO.

COMPASIÓN Y SABIDURÍA.

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